jueves, 24 de marzo de 2011

Docentes, padres, administración e investigadores tienen que actuar juntos para encontrar soluciones


El catedrático universitario y psiquiatra Carlos Castilla del Pino pronunció la conferencia ‘Patología de la identidad y función docente’

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Carlos Castilla del Pino
“Yo no creo que exista hoy en día ninguna profesión que sea mayor deparadora de sufrimiento para quien la desempeña que la profesión docente”.
Así de tajante se mostró el psiquiatra Carlos Castilla del Pino durante en su exposición sobre las patologías de la identidad y función docente, una afirmación que viene respaldada por su experiencia de más de 50 años en la atención de los problemas mentales de muchos docentes.
Hasta los ochenta, los profesores padecían enfermedades mentales en porcentajes similares a los del resto de la población, pero a partir de esta fecha se produce un cambio notable, los docentes empiezan a sufrir patologías que dependen fundamentalmente del medio en el que se desenvuelven y que están relacionadas con la frustración que les depara no poder desempeñar su trabajo como ellos quisieran.
Muchos de ellos son, según Castilla, “juguetes rotos”, profesionales que han visto frustrada su vocación docente y que “sufren una crisis de autoestima de tal naturaleza que cuando acontece difícilmente tiene solución”.
Ante las situaciones de conflictos en el aula hay profesores que se derrumban, “tiran la toalla” porque no consiguen el fin, dar sus clases y que los alumnos aprendan, y no disponen de medios para ello; otros adoptan una actitud cínica y “se dicen ‘sigamos la tarea como sea y que nos jubilen cuanto antes’”.
La conflictividad escolar avanza por años de forma impresionante, según explica el eminente psiquiatra, que considera que “la situación no es sólo dramática sino patética”.
El docente es presionados por los alumnos, -“¿qué se hace con unos alumnos que acogen todos los días a su profesor con silbidos”-; los responsables del centro, que les exigen mantener la autoridad; los padres, que prefieren responsabilizar al profesor antes que enfrentarse a sus hijos, y la Administración educativa.
Los conflictos escolares se producen porque, “el profesor no puede mantener la autoridad como la mantenía antes, de una forma arbitraria”.
Castilla del Pino afirma que, efectivamente, hoy en día no debe tolerarse aquella autoridad arbitraria que sufrimos muchos antes de que se instaurará la democracia, pero el problema es que “no ha habido un mecanismo que la sustituya”. Por ello, la solución al problema de los conflictos escolares pasa por “restaurar la autoridad -no arbitraria- en las aulas”.

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